Lo que de verdad importa, no es solo el testimonio de una inoportuna vivencia traumática; es el relato de unos hechos que justifican una vida plena, que evidencian una ruptura con el sueño siempre eterno del éxito, que enardecen el esfuerzo y el tesón por encima siempre de una vida azarosa, y que nos enseña lecciones sobre el miedo rancio a no ser más que polvo en un campo lleno de promesas rotas.
Estas líneas no solo cuentan mi vida; van sobre romper barreras, la esperanza, el dolor propio y ajeno, y sobre todo… la delgada línea que separa la lógica del placebo, del milagro puro y duro.
“Aprendiendo a morir se aprende a vivir mejor.”
Es entonces cuando empezamos a valorar lo que de verdad importa
Agustín Salvat Sabaté (Barcelona, 1956). Afincado en La Marina (Elche) desde 1978
Exitoso empresario y filántropo. El estudio de la filosofía ha marcado su vida, así como su curiosidad por los enigmas del universo. Su personalidad atípica para su generación le ha llevado siempre por el camino del cambio y la renovación.
Proviene de una familia de empresarios e innovadores. Desde su juventud ha liderado los equipos donde ha trabajado, comenzando por los trabajos más simples, hasta convertirse en el empresario que es hoy.
Se ha hecho a sí mismo de manera autodidacta, pero siempre contando con la ayuda y el apoyo incondicional de su “cariñín” (Josefina Pelegrín Martorell), cuyo amor ha servido de inspiración para escribir estas atípicas memorias.
De esta unión, formalizada en 1979, nacen Pedro y Jordi, sus hijos, quienes sin dudas han heredado el espíritu emprendedor de su padre.
Nunca ha creído en la suerte, porque como dijera Neruda:
“La suerte es el pretexto de los fracasados.”